Pese a emplearse en jardinería principalmente a través de formas hortícolas, como planta de temporada, se trata en el medio natural de plantas perennes, en ocasiones rizomatosas, con inflorescencias de hasta 20 cm de longitud, y hojas pequeñas, de 2-6 cm de longitud y 4-20 mm de anchura. Las inflorescencias (los capítulos), en cultivo, varían en cuanto a coloración dependiendo de la forma hortícola de la que se trate.
Se emplea en jardines, para formar macizos y parterres, macetas y también en rocallas. Crece bien en todo tipo de climas, aunque no tolera las heladas fuertes, conviene ser protegida del hielo. Indiferente al tipo de sustrato, precisa sol o semisombra.
Multiplicación: Por división de mata o semillas.
Belllis perennis
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